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viernes, 31 de marzo de 2017


¿Y EL SUMARIO?

Hace tiempo desapareció el sumario de la prensa, cosas del marketing, en IKEA también están contra el sumario en sus tiendas, no curiosamente en su catálogo. Hoy tratan de decidir por ti e influenciar en tus decisiones, yo cada vez estoy más incómodo, el sumario me ayudaba a priorizar los temas de mi interés y optimizar mi tiempo dejando para el final lo que me parecía menos transcendente o simplemente obviarlo, claro que en la actualidad ya nada parece transcendente, pues los titulares y las primeras páginas dan pena o risa, según se mire, dejando las columnas de opinión para escritores intranscendentes o temas intrascendentes para buenos escritores.

Hoy me encuentro que en El Periódico de Barcelona (ya se que no es un medio para intelectuales, pero si es uno de los que subsiste dentro de esta vorágine de incultura) dedica sus primeras páginas a este chico de apellido Vera que se hace llamar Cassandra porque se siente mujer, al que han condenado por opinar con mejor o peor gusto y humor, desconocía de su existencia hasta hoy, está claro que estoy fuera de los círculos de influencia. Encuentro relegada a la página 30 una agresión física contra un homosexual. Pienso que todo está cada vez más invertido.

No entiendo como pensar u opinar puede ser delito y las agresiones físicas o las apropiaciones indebidas son mejor toleradas. Si me roban, pegan o matan (rápidamente o poco a poco) me siento perjudicado, pero si pretenden insultarme o desprestigiarme con la palabra o con la escritura, quedo completamente inmune, es mas hasta puedo ahorrarme la compañía de múltiples crédulos sin criterio por lo que estoy, en cierto modo, siendo favorecido. No ofenden las palabras sino los hechos.

Digan lo que quieran, pero por favor vuelvan al orden, un sumario será suficiente.

jueves, 30 de marzo de 2017


SOCRATES, LA MOSCA COJONERA.

De no ser por Platón y otros discípulos de Sócrates poco sabríamos de él, era analfabeto, algo que no priva de sabiduría, “solo sé que no se nada”, “la verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”. Su modus vivendi, exento de lujo y ostentación, no hacía mas que reafirmar su inteligencia, mantenía su libertad no dejando que le coartara un lujo vanal. Antifon llegó a decir de Sócrates “ningún esclavo desearía ser tratado como él se trataba a sí mismo”, no entendía que la mayor riqueza es la libertad de pensamiento, las dudas y las constantes cuestiones.

Eso llevó a Sócrates a la muerte, una muerte que pareció impuesta, pero que no fue mas que el colofón de una vida rica y consecuente. Podríamos decir que a Sócrates lo mató la democracia, no sería cierto, Sócrates murió en una democracia que cuestionó tanto como cuestionaba y denunciaba a sus discípulos, grandes oligarcas, como Critias.

Sócrates fue condenado a beber una copa de cicuta, acusado de despreciar a los dioses del estado e introducir nuevas deidades y de corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios de la democracia. Aristófones en su comedia “la nubes” ironizó sobre Sócrates representándolo como dueño de una “tienda de ideas” en la que enseñaba a los jóvenes a hacer que la peor razón apareciera como la razón mejor, pero, ¿Quién posee la razón? Sócrates pudo eludir la pena de muerte, huyendo, pero rehusó salir impune cumpliendo con la ley, una ley que mataba a un hombre consecuente, el propio Sócrates ofreció la oportunidad de conmutar la pena de muerte por el pago de una pequeña multa, dado el escaso valor que tenía para el Estado un filósofo como él.

Viendo la “evolución democrática”, solo me queda decir, preparen cicuta, o no, ahora somos tan dóciles y tan preparadamente vacuos que probablemente nos llegue una muerte “natural” por inanición. Prefiero a Sócrates.