De un
tiempo a esta parte se viene introduciendo en nuestra fiesta tradicional de Todos
los Santos formas de celebración importadas de otras culturas que si bien
tienen un punto en común, recordar a los difuntos, son diametralmente opuestas en
cuanto a estética y trasfondo, me refiero claro está al divertido y a la vez
insulso Halloween.
Halloween
es como una fiesta de disfraces enfocada a quitar transcendencia a la muerte y reírse
un rato dando cuatro sustos demostrando que a quien realmente tenemos que temer
es a los vivos, en definitiva es una forma de celebración más pragmática que
reflexiva. La festividad de Todos los Santos tiene un origen religioso y
fomenta el recuerdo respetuoso a los difuntos mediante la oración visitando y adecentando
sus tumbas, fomentando la reunión familiar y derivando en la degustación de
típicos dulces, boniatos y castañas asadas acompañado con algún vino dulce.

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