Cuánto
daño nos ha hecho pasar del chato de vino a la visita al psicólogo, antes se
salía del desánimo tomando un vino en la taberna y haciendo catarsis
conversando con el tabernero y otros clientes, se alentaba al niño a estudiar
con algún castigo acompañado de algún pescozón, hoy al desánimo se le denomina depresión
y se “afronta” visitando al psicólogo.

Mientras
los brasileños andan cabreados ya que su gobierno invierte más en
organizaciones lúdico-deportivas que en la propia ciudadanía, pienso que lo que
realmente les cabrea es que España les ha robado el “jogo bonito”, el mundo
está cabreado hay manifestaciones reivindicativas por doquier, solo quedan minúsculos
remansos de paz allí donde jamás tuvieron nada ya que nada han perdido,
curiosamente en esos lugares los psicólogos no existen, no sufren de efectos
secundarios pues siempre han vivido cuidando los bienes primarios, los que
convertimos los bienes en males primarios ahora sufrimos las consecuencias y además
con efectos secundarios.
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