No hay
nada peor en esta vida que tratar de justificar una postura, bueno, sí hay algo
peor ser intolerante y simular que no lo eres, hay cosas que son como son y es
absurdo tratar de disimularlas, el que es intolerante es intolerante así como
el que es homosexual es homosexual y no hay vuelta de hoja.

El
colectivo homosexual reacciona como es habitual de un modo histriónico, no como
Agustín Conde, pero es lógico ellos están condenados por la religión y es
normal que apliquen los argumentos con los que se encuentran más cómodos, dar
por culo y tocarse el coño, por otro lado posturas que los diferentes gobiernos
mundiales practican con aquiescencia y asiduidad y es que Dios los cría…
Los
religiosos están inquietos, la teoría les plantea un dilema renunciar a la
asignación del Estado o al voto de castidad al que obliga la Iglesia con el
celibato, como buen catalán yo no dudaría “la pela es la pela” y se acabó el pelársela.
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