Hace ya
tiempo, demasiado tiempo, en que se hace difícil el acto simple de CONVIVIR. Cada
vez hay más hostilidad, demasiada hostilidad, las opiniones son tratadas como
insultos, los argumentos hacen daño si no son afines, no se sugiere se ordena,
no se construye si no es a costa de la destrucción porque todo es de usar y
tirar, nada está bien si no es coincidente, se pregona la pluralidad de un modo
singular, se incita a COTRAVIVIR.
Me
niego a vivir contra nada ni nadie, con excepción del derecho a vivir, aunque
hasta esto se cuestiona en estos tiempos, nada me ofende y pocas cosas me
indignan, sobre todo si provienen de indignados, en estado de excitación pocas
cosas se hacen bien, puede que el amor sea una de ellas, pero el amor es
efímero su gracia es que es el abono del cariño, lástima que la impaciencia y
el egoísmo muchas veces no dejen que germine, el cariño hay que fertilizarlo
con comprensión y la comprensión necesita de paciencia y equilibrio, el
equilibrio es lo más difícil de este mundo muchas veces falla y hiere al cariño,
entonces es frecuente equivocarnos de
tratamiento y volvemos a abonar, de este modo se quema la planta, lo suyo es tratarla
con humildad y volver a la paciencia hasta encontrar el esquivo equilibrio. Lo
intento aunque no es fácil, sé que no es fácil CONVIVIR.