Nos
quieren hacer creer que estamos saliendo de la crisis, pero la realidad es que
el paro sigue engrosando el batallón que ya pasa de teatro de operaciones, los
números se pueden maquillar pero la realidad es la que es, aunque la mona se
vista de seda…
Hay
gente optimista y otra pesimista, yo me defino como pesimista positivo, nos
quejamos, ¿pero tenemos derecho?, si,
¿pero tenemos vergüenza?, algunos, ¿pero nos asiste la razón?, lo dudo.
Echamos la culpa a los gobernantes, pero no se la razón, en teoría los ha
escogido la mayoría del pueblo, digo en teoría pues esto de la democracia es
una pantomima dirigida por los que siempre tienen la sartén por el mango, el
capital. Los títeres que dicen que gobiernan
no hacen otra cosa que seguir las directrices de la voz de su amo— ¡qué buena marca discográfica! — después,
si han sido buenos chicos, tienen el resto de sus días asegurados. La verdad es
que echo de menos aquellos políticos que viendo la imposibilidad de cambiar, se
marchaban a su casa, siguiendo la mayoría de ellos trabajando en la docencia y
manteniendo la decencia.
Esta
gente sigue mi otra forma de pensar, algunos se definen como liberales, la
verdad es que entre ser liberal y libertino existe la separación de una baldosa
de 30x30. Para no caer en la vorágine del sinsentido, mi decisión es ser
conservador-liberal. No ser inflexible, pero si razonar y evaluar antes de
actuar, respetar pero exigiendo que me respeten y que respeten a los demás,
procurar obligar a que la gente piense, aprenda y a la vez me ilustre.
Entenderse es fundamental, escuchar es importante, matizar es obligatorio.
Mi
conclusión es que esta crisis será eterna, pues se fundamenta en la incultura.
Es necesario ayudar a los jóvenes para que sean un poco más cultos, aunque sea
a costa de que salgan técnicamente algo menos preparados, pero para ello es
fundamental el dialogo y tristemente ya empezamos a sufrir las consecuencias de
generaciones perdidas que desconocen el placer de dialogar. Solo cambiaremos de
dirección con esfuerzo, recomiendo que ese esfuerzo sea grato y agradable pues
el fin es altamente positivo y si no lo conseguimos, por lo menos habremos
disfrutado intentándolo.
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