El
domingo 27 a las 12:30, al igual que los delincuentes, volveremos al lugar de
los hechos para reafirmar la continuidad de nuestro matrimonio tras 25 años de
convivencia, ante Dios, porque cada día estoy más convencido de su existencia
ya que resulta evidente que Satanás le está ganando la partida, lo haremos delante
de quienes quieran y nos quieran, pues nos apreciamos y esa es razón suficiente
para compartir los buenos momentos, primero en la parroquia de Sant Mateu,
después en nuestra nueva casa, LA PARROQUIA.
Son
muchos los sorprendidos de que tomemos la decisión de celebrar de este modo una
fecha tan señalada para nosotros, se preguntan ¿es necesario? SI, ¿por qué? POR
QUE NOS DA LA GANA. Los últimos años han sido duros, difíciles, con pocos
momentos de alegría, todo eran encuentros en hospitales y tanatorios, ¡nosotros,
que nos reuníamos casi cada fin de semana para algo tan sano como compartir
felicidad! Llegó el momento de encontrar una excusa para volver a compartirla. Por
otro lado, en el capítulo personal, últimamente estoy metiendo la pata más de
lo habitual, sé que es un hecho insólito, un tío tan perfecto como yo metiendo
la pata, pues sí, estoy descubriendo que no soy tan infalible, pero por suerte
lo sé, aunque no lo reconozca. Le pedí un día a Rosa si quería volver a casarse
conmigo, le di la oportunidad de que me diera puerta, pero me dijo que sí, fue
un acto espontáneo, no meditado, sentí la
necesidad de hacerlo, no soy prodigo en compartir mis sentimientos y en ese
momento sentí que esa era la mejor manera de decirle a mi (porque lo que
queremos lo consideramos nuestra propiedad) mujer, que no la sigo queriendo como el primer día,
que la quiero infinitamente más.
Siempre
digo que los excesos no son buenos y con el amor son peores, es por ese motivo
que quiero repartirlo el domingo entre todos aquellos que vengan al encuentro
que proponemos y se lleven un poquito de ese cariño, que por culpa de dar
importancia a lo intranscendente del día a día, no sabemos hacer con mayor
frecuencia. Me siento querido, últimamente demasiado querido, este matrimonio
me lo ha dado todo, pero tengo que destacar a nuestros dos hijos, que pese a
que les va llegando la hora de volar solos, nosotros, páter y mater nos
sentimos incapaces de asumirlo y cada vez nos aferramos más a ellos y es que
han sacado lo peor de cada uno de sus progenitores, ¡qué cabroncetes son! Nos
queda poco para volver a quedarnos solos, como recién casados, espero que no
como recién cansados, porque Rosa, me pasa igual que a ti, que no te sigo queriendo
como el primer día, simplemente estoy loco de amor por ti. Pues vamos, suma y
sigue.