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martes, 22 de julio de 2014

SUMA Y SIGUE


El domingo 27 a las 12:30, al igual que los delincuentes, volveremos al lugar de los hechos para reafirmar la continuidad de nuestro matrimonio tras 25 años de convivencia, ante Dios, porque cada día estoy más convencido de su existencia ya que resulta evidente que Satanás le está ganando la partida, lo haremos delante de quienes quieran y nos quieran, pues nos apreciamos y esa es razón suficiente para compartir los buenos momentos, primero en la parroquia de Sant Mateu, después en nuestra nueva casa, LA PARROQUIA.
Son muchos los sorprendidos de que tomemos la decisión de celebrar de este modo una fecha tan señalada para nosotros, se preguntan ¿es necesario? SI, ¿por qué? POR QUE NOS DA LA GANA. Los últimos años han sido duros, difíciles, con pocos momentos de alegría, todo eran encuentros en hospitales y tanatorios, ¡nosotros, que nos reuníamos casi cada fin de semana para algo tan sano como compartir felicidad! Llegó el momento de encontrar una excusa para volver a compartirla. Por otro lado, en el capítulo personal, últimamente estoy metiendo la pata más de lo habitual, sé que es un hecho insólito, un tío tan perfecto como yo metiendo la pata, pues sí, estoy descubriendo que no soy tan infalible, pero por suerte lo sé, aunque no lo reconozca. Le pedí un día a Rosa si quería volver a casarse conmigo, le di la oportunidad de que me diera puerta, pero me dijo que sí, fue un acto espontáneo, no meditado, sentí  la necesidad de hacerlo, no soy prodigo en compartir mis sentimientos y en ese momento sentí que esa era la mejor manera de decirle a mi (porque lo que queremos lo consideramos nuestra propiedad) mujer,  que no la sigo queriendo como el primer día, que la quiero infinitamente más.
Siempre digo que los excesos no son buenos y con el amor son peores, es por ese motivo que quiero repartirlo el domingo entre todos aquellos que vengan al encuentro que proponemos y se lleven un poquito de ese cariño, que por culpa de dar importancia a lo intranscendente del día a día, no sabemos hacer con mayor frecuencia. Me siento querido, últimamente demasiado querido, este matrimonio me lo ha dado todo, pero tengo que destacar a nuestros dos hijos, que pese a que les va llegando la hora de volar solos, nosotros, páter y mater nos sentimos incapaces de asumirlo y cada vez nos aferramos más a ellos y es que han sacado lo peor de cada uno de sus progenitores, ¡qué cabroncetes son! Nos queda poco para volver a quedarnos solos, como recién casados, espero que no como recién cansados, porque Rosa, me pasa igual que a ti, que no te sigo queriendo como el primer día, simplemente estoy loco de amor por ti. Pues vamos, suma y sigue.

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