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lunes, 31 de marzo de 2014

¡QUE MIEDO!

El otro día, por vez primera, me sentí agobiado e indefenso al acabarse la batería del “Smartphone” o como narices se llame ese aparato del diablo, ¡qué miedo!, empiezo a depender de un cacharro, ¿en qué me estaré convirtiendo?
Admiro a mi esposa, que palabra más adecuada, desde mucho antes de casarme que vivo esposado a ella y tan a gustito. Ella, es la perfecta antisistema, jamás le han ingresado la nómina en cuenta, no quiere ningún tipo de tarjeta de crédito, ni de débito, ni tan siquiera de visita y hasta la Navidad pasada no disponía de teléfono móvil, ahora sí. El otro día trató de contactar con nosotros, mi hija me acompañaba en el trabajo, en “La Parroquia”, los  Sphones respectivos en silencio, mi hijo como casi siempre sin batería, cuando regresábamos a casa miramos los aparatitos respectivos 6 y 13 llamadas perdidas de Rosa, entramos al dulce hogar acojonados, la encontramos en pleno ataque de nervios, nos envió a no quiero decir dónde — ya no me acuerdo — y despotricó de la tecnología de incomunicación. No le faltaba razón, ¡qué miedo!
Estoy por poner un inhibidor de cobertura en el trabajo, es increíble ver como los parroquianos vienen a un lugar acompañados de amigos, hijos, parejas y pasan la mayoría del tiempo inmersos en el autismo imbuidos por su Sph, el espectáculo es estremecedor, ¡qué miedo!. ¿Hay Wi-Fi?, no, eso en el chino, aquí hay: panceta, morcilla, butifarra, rabo guisado, carrilleras de potro, vino, cerveza Alhambra, ratafía, paciencia para escuchar y buena conversación para el que tenga costumbre, la filosofía de mi garito está bien clara en el rótulo que lo identifica “comer, beber, disfrutar", me faltó poner no hay Wi-Fi, ¿perderé clientes?, ¡qué miedo!, o no, yo no quiero clientes, quiero parroquianos.
¡Qué raro! He dispuesto de unos minutos para escribir sin que me reclamara mi odioso S, ¿habrá desaparecido?, no, ya me reclama, adiós, ¡qué miedo!
 
 
 

martes, 25 de marzo de 2014

AMIGO


Hace algunos años decidí de forma unilateral dejar de tener amigos, la palabra amistad lleva, desde mi punto de vista, una fuerza que va un peldaño milimétrico por debajo del amor. El amor es entrega desinteresada, el amor se rompe o se refuerza con la convivencia, con un amigo la convivencia acostumbra a ser más esporádica, esto hace que el interés por la otra persona se relaje y en muchas ocasiones se diluya; es por eso que decidí tener compañeros o como dice acertadamente mi querido Santiago Segura “amiguetes”.
La palabra  amigo es especial, de peso, merece cantos entre los cuales me quedo con dos que enlazo en esta entrada. Hoy me he dado cuenta que tengo amigos, ha tenido que suceder un hecho luctuoso para que me dé cuenta, estaba marcando la salsa de los macarrones cuando ha sonado el teléfono para anunciarme la muerte de una amiga, esposa de un gran amigo. Hoy hace tres años que falleció mi venerada suegra, por tanto no es mi mejor día, los macarrones habrán salido amargos, pues en el agua de hervirlos han caído algunas lágrimas amargas.
El dolor y la impotencia que siento es muy parecido al que sentí  hace tres años, esto me ha abierto los ojos, pese a mi reticencia me he dado cuenta de que tengo amigos, me siento impotente, desconsolado e incapaz de consolar, no tengo fuerza para llamar a mi amigo, nos costará hablar, solo se me ocurre fundirnos en un abrazo y llorar juntos.

jueves, 20 de marzo de 2014

DESBORDADO


No puedo disponer del tiempo ni la tranquilidad necesaria para sentarme y escribir algo decente, lo estoy pasando bien, hacía años que no disfrutaba trabajando. Mi mente está centrada casi en exclusiva en mi nuevo proyecto, bueno, lo que queda de mi mente, el Blog está un poco aparcado, mejor eso que descuidarlo, haré un paréntesis y realizaré alguna incursión cuando las musas me iluminen en algo que no tenga que ver con recetas culinarias, proveedores, gestión de stocks, marketing, limpieza, soportar administraciones…

domingo, 9 de marzo de 2014

SALDO DUDOSO


Acabo de llegar a casa, después de una mañana de trabajo fructífera y llena de altibajos. Hemos comido por comodidad en el bar, después de ordenar un poquito, cargar neveras, limpiar, etc…, nos dirigimos al “centro de salud” donde tenemos ingresado al abuelo. Hacía dos semanas que no me pasaba, ya se sabe, las prioridades del negocio; lo he encontrado desmejorado, sabemos que por su forma de ser no hemos sabido encontrar una mejor solución que tenerlo “controlado” en un centro de estos que no tienen precio, pero he salido dubitativo y acongojado de la visita. Mi primera decisión ha sido quedar sin excusas para que mañana a mediodía pase a maquearlo y someterlo a una sesión de afeitado, ahora que lo pienso, no sé si será una decisión muy acertada con mis actuales dedos de goma, no por su elasticidad sino por su flacidez y mi pulso de aprendiz de Párkinson, que me obliga a no llenar en demasía los cortados y café con leche que sirvo, pero me he sentido obligado por hacer algo más por ese hombre, viejo y tozudo, que se está consumiendo por momentos.
No sé si la inversión que actualmente estoy llevando en mi vida es  acertada, me estoy centrando demasiado en mi nuevo proyecto y estoy descuidando mi entorno más inmediato, estoy muy limitado y debo tomar decisiones, decisiones que me obligan a priorizar la atención en un saco, descuidando el que tiene un mayor valor, que contiene la familia, los colegas…, no llego a todo, eso confirma que no soy Dios y me hace dudar sobre mi autoevaluación como tipo divino. Estoy en un gran dilema que me lleva a pensar si mi modus vivendi  finalmente conseguirá un final feliz, el del abuelo no parece llevar buen camino, las inversiones egocéntricas siempre acaban teniendo un saldo dudoso. Vivir lo que nos espera no es nada agradable.

sábado, 1 de marzo de 2014

NI NACION, NI DEBATE, NI ESTADO


Algo bueno tiene estar absorto en el trabajo, te libras de seguir como un zombi el yermo debate del estado de la Nación. Oigo, más que escucho, comentarios, escasos gracias a Dios, de los parroquianos que unánimemente echan pestes de todos esos vividores que rigen o quieren regir nuestra vida y nuestra convivencia, agraciadamente tan solo me llegan esos rumores, puedo pasar de perder el tiempo.
Soy de los pocos que sigue creyendo en el tremendo potencial de mi Nación, a pesar de que son legión los que aseveran no identificarse con ella; en cuanto al debate, solo me interesa si los ponentes son gente preparada e instruida, resulta evidente que este no era el caso; el estado, a la vista está, es lamentable, tan lamentable que ni si quiera me atrevo a definirlo, prefiero pensar que no hay estado y echar “pa lante” con las orejeras de burro puestas.
Urgando en el pasado me encuentro con una frase con la que comulgo, “mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fortaleza de la unidad de la Patria”, es parte del discurso póstumo que escribió o le escribieron a Francisco Franco, hoy día son muchos los jóvenes que no saben en qué equipo jugaba y la mayoría que lo recuerda sigue dividida, incapaz de pensar en que juntos somos más fuertes.
Por otro lado tengo que reconocer mi primer fracaso en el mundo del marketing hostelero, para el jueves lardero distribuí entre las escuelas cercanas, un pasquín en el que invitaba a todo niño que viniera disfrazado a un pequeño bocadillo de butifarra de huevo. Solo vino mi sobrino nieto Arnau, el pobre solo se alimenta de teta y muy bien por cierto, esta echo un cachalote. Me encantan los retos y de un fracaso me cuesta poco conseguir una satisfacción, lo que no quisieron los que pueden ir a la escuela, se lo llevaran los que lo tienen difícil para dar de comer a sus hijos.
Me inspira mucho el padre Vicente Ferrer, digo padre pues se sintió así hasta el final, Ferrer era servicio y cabezón. Recuerdo una de sus últimas entrevistas, la joven entrevistadora cándidamente le preguntó si en el futuro se podría erradicar el hambre y la pobreza en el mundo, Don Vicente con una sonrisa amarga contestó “ustedes no entienden nada, es inútil explicar, solo queda seguir trabajando” lo entrecomillo con dudas pues no sé si es literal, pero yo capté de este modo ese mensaje tan claro.
No hace falta ser páter, ni liarse la manta a la cabeza y dedicarse de lleno a los intocables, con un granito de arena basta. Lo lamentable es que tuve que fracasar primero para reaccionar después. Sin tener Nación, ni debate, ni estado.