Algo
bueno tiene estar absorto en el trabajo, te libras de seguir como un zombi el
yermo debate del estado de la Nación. Oigo, más que escucho, comentarios,
escasos gracias a Dios, de los parroquianos que unánimemente echan pestes de
todos esos vividores que rigen o
quieren regir nuestra vida y nuestra
convivencia, agraciadamente tan solo me llegan esos rumores, puedo pasar de
perder el tiempo.
Soy de
los pocos que sigue creyendo en el tremendo potencial de mi Nación, a pesar de
que son legión los que aseveran no identificarse con ella; en cuanto al debate,
solo me interesa si los ponentes son gente preparada e instruida, resulta
evidente que este no era el caso; el estado, a la vista está, es lamentable,
tan lamentable que ni si quiera me atrevo a definirlo, prefiero pensar que no
hay estado y echar “pa lante” con las orejeras de burro puestas.
Urgando
en el pasado me encuentro con una frase con la que comulgo, “mantened la unidad
de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como
fortaleza de la unidad de la Patria”, es parte del discurso póstumo que
escribió o le escribieron a Francisco Franco, hoy día son muchos los jóvenes que
no saben en qué equipo jugaba y la mayoría que lo recuerda sigue dividida,
incapaz de pensar en que juntos somos más fuertes.
Por
otro lado tengo que reconocer mi primer fracaso en el mundo del marketing
hostelero, para el jueves lardero distribuí entre las escuelas cercanas, un
pasquín en el que invitaba a todo niño que viniera disfrazado a un pequeño bocadillo
de butifarra de huevo. Solo vino mi sobrino nieto Arnau, el pobre solo se
alimenta de teta y muy bien por cierto, esta echo un cachalote. Me encantan los
retos y de un fracaso me cuesta poco conseguir una satisfacción, lo que no
quisieron los que pueden ir a la escuela, se lo llevaran los que lo tienen
difícil para dar de comer a sus hijos.
Me
inspira mucho el padre Vicente Ferrer, digo padre pues se sintió así hasta el
final, Ferrer era servicio y cabezón. Recuerdo una de sus últimas entrevistas,
la joven entrevistadora cándidamente le preguntó si en el futuro se podría
erradicar el hambre y la pobreza en el mundo, Don Vicente con una sonrisa
amarga contestó “ustedes no entienden nada, es inútil explicar, solo queda
seguir trabajando” lo entrecomillo con dudas pues no sé si es literal, pero yo
capté de este modo ese mensaje tan claro.
No hace
falta ser páter, ni liarse la manta a la cabeza y dedicarse de lleno a los
intocables, con un granito de arena basta. Lo lamentable es que tuve que
fracasar primero para reaccionar después. Sin tener Nación, ni debate, ni
estado.
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