Dentro
de poco más de un trimestre, se cumplirán dos años del inicio de mi nuevo
proyecto laboral, tras más de 25 años de servicios prestados al mundo de la
ficción (léase publicidad) pude constatar que mi conocimiento y experiencia del
sector, era tan apreciado como poco valorado, precisamente esa experiencia y
una gran dosis de dignidad, me sirvieron para librarme de las garras de esos
carroñeros que solo saben vivir a costa del esfuerzo de los demás. Me costó
casi un año comprender y asumir que esa etapa estaba cerrada y que tenía otra
vez y como siempre, aunque de distinta manera, que atarme los machos y
arriesgar un poco más.
Con 53
años, empezar un proyecto parece más fácil y a la vez es más difícil. No estás
solo, tienes una familia —que no una carga familiar— y debes priorizar ciertas cosas. Lo primero que vas a trabajar duro,
muy duro, por lo tanto hay que escoger una actividad con la que disfrutes. Me
gusta comer y beber bien, he tenido la suerte de gozar de grandes experiencias
al respecto, de recibir elogios de los amiguetes por mi buen hacer en la
organización de saraos y comilonas, de comprobar como “gracias” al estúpido
momento por el que estamos pasando, algunos lugares que merecían la pena han
ido degenerando y otros increíblemente desapareciendo, ahora que estoy en
primera línea voy comprendiendo algunas decisiones. En consecuencia, hay que
valorar el proyecto, no arriesgar todos tus activos y ser consciente que en el
escenario en el que estamos actuando es suficiente sobrevivir sin esperar
siquiera algún pequeño beneficio, en definitiva, hay que hacerse funambulista.
El
comienzo fue desconcertante, la información y algunos cursos para emprender,
más que animarte te confundían y desanimaban, no entendía nada, ahora ya voy
comprendiendo, no me arrepiento de haber emprendido desoyendo sus múltiples
prevenciones, pero hablando claro, no quedaban más cojones.
Buscar
el local adecuado, negociar con los proveedores, solicitar “ayudas” a la
administración, ponerse las pilas y formarse para realizar un trabajo del cual
solo tienes una noción artesanal y autodidacta pero no técnica, buscar asesores
válidos, acudir multitud de veces al ayuntamiento, sentirte pelota de
ping-pong, ahora a este departamento, no vuelva al otro… la verdad es que no
hay coordinación, ni conocimiento por parte de los mismos funcionarios que no
son capaces de explicar claramente cómo aplicar unas normativas inaplicables y
contradictorias. Al final tienes la tentación de tirar la toalla, pero no podía
ser, no quedaban más cojones.
Encuentro
el local, ajusto presupuestos al alza y casi fallo, comienzo a mirar que todo
esté en orden para minimizar las sorpresas que a buen seguro saldrán por
doquier, otra vez el ayuntamiento, si pero no, no se aclaran, no se definen, me
ponen de los nervios, no encuentran la licencia de terraza hasta unas horas
antes de firmar el traspaso, me comentan: “no hay problema, venga con la
solicitud de renovación y previo pago, claro, concederemos la renovación de
licencia”, nadie me informa de la trampa que hay preparada, nueva
reglamentación de terrazas estúpida e inaplicable, que fomenta la confusión y
el libre albedrío de funcionarios quemados o demasiado “listos” que entraba en
vigor en dos meses. Por lo demás me informan que todo está en orden, no hay
problema, ¡pues menos mal!
Noviembre
2013 inicio la actividad, en pocas horas reviento, mi mente dice basta, me
ingresan 10 días en un departamento de salud mental para recomponerme. Aprendo,
que bueno es aprender, salgo desorientado, lento, torpe, pero reafirmando que
no tengo cargas familiares, que tengo una familia cojonuda y solo por eso, no
hay más cojones, hay que luchar y no volver a dejarme vencer a pesar de lo
siguiente:
17/12/2013
Llega la concesión municipal de licencia a mi nombre.
08/01/2014
Se presenta la solicitud de renovación de licencia de terraza
11/01/2014
si excluimos las fechas navideñas, en apenas dos semanas llega la primera
inspección municipal, en el acta no consta la hora de la inspección (23:30)
pero comienzan con una sutil descripción en la que pone visita nocturna, aunque
excluye la alevosía, alevosía que niegan al recibirles con un amable “os estaba
esperando”, por mi parte. Me indican una serie de irregularidades que
curiosamente no les constaban unos meses antes cuando pedí información sobre la
legalidad del negocio (la más grave es la retirada de todos los elementos de
cocción que ya estaban instalados en el local por los anteriores arrendatarios,
dado que el propio ayuntamiento con fecha 14/09/1983 autorizó una importante
reforma al instalarse una salida de humos según consta en el expediente nº 88.577). Seguimos con el problema de la
aplicación de la nueva reglamentación de terrazas, que uno fingiendo candidez
acepta que no me informaron de ello por desconocimiento. Con falsa amabilidad
quedamos en vernos con mi gestor en el departamento de licencias e inspección
del distrito de Sant Andreu a finales de mes.
Finales/01/2014
Reunión con los inspectores y el apoyo de mi gestor para tratar de aclarar y
corregir las supuestas irregularidades que presenta el local, así como adecuar
la terraza a la nueva reglamentación. La respuesta de los funcionarios es
curiosa y contundente “poco podemos arreglar pues estamos pendientes de unos
cursos para saber cómo aplicar las nuevas normativas”, solución parcial,
suspensión de licencia, ante mi incredulidad y por no volver a ingresar en el
departamento de salud mental delego en mi gestor y antes de despedirnos recibo
un extraño mensaje de la inspectora nº 26216 que dice “yo sé cómo se arregla
este tema, pero aquí no puedo decirlo”, ante mi impacto e incredulidad salgo
sin pedir explicaciones.
Finales/07/2014
recibo la primera notificación, curiosamente fechada a 05/02/2014,
comunicándome las supuestas irregularidades y conminándome a su adecuación.
03/09/2014
Presento en el ayuntamiento las primeras alegaciones por escrito, indicando que
están resueltos todos los temas, que la plancha de gas está retirada y que
necesito una aclaración sobre el resto de elementos de cocción (freidora).
04/09/2014
un día más tarde recibo segunda notificación donde se repite de manera
sistemática todas las órdenes indicadas en la primera notificación, ignorando
las alegaciones presentadas 24 horas antes.
19/09/2014
segunda alegación y dadas las dificultades presentadas contacto con un
ingeniero técnico industrial para que me asesore, este me aconseja que
aprovechando la magnífica salida de humos de que dispongo, solicite un permiso
de hostelería menor mixta que se identificaba como C-2 y que comenta que
actualmente no existe pero se concede???!!!, del mismo modo me insta a apremiar
al departamento de licencias solicitando una cita a la cual se presta a
acompañarme, para que el expediente no se apalanque y obtener un plazo de respuesta
lógico.
Primeros/10/2014
llamo al departamento de licencias para solicitar una entrevista personal y que
me informen del estado de mi solicitud presentada el 19/09/2014. Me contestan
de forma incómoda y arisca y tras mucho insistir consigo cita para el día
11/11/2014.
17/10/2014
segunda inspección por quejas de un vecino que alega molestias que
supuestamente producen los clientes de la terraza. El área de influencia de la
terraza afecta a unos 100 vecinos, la única queja de un vecino o lo que es lo
mismo el 1% de la vecindad provoca una inspección municipal.
27/10/2014
recibo el primer informe sobre la segunda inspección en la que se insta a
corregir deficiencias (exceso de aforo de la terraza), la zona donde esta se
ubica es privado, son la mayoría de vecinos quienes deberían decidir y pienso
que percibir el pago de la licencia con la cual se lucra el ayuntamiento, que
también percibe las cuantías pertinentes derramadas por los vecinos a consecuencia del
impuesto de Bienes e Inmuebles de dicho espacio. Cobro de los dos y encima
coarto en vez de facilitar el desarrollo de la actividad.
11/11/2014
Asistimos a la visita solicitada y pese a las reticencias, finalmente
concertada en el departamento de licencias del distrito de Sant Andreu, para
recibir respuesta sobre la alegación donde se solicitaba un permiso de
hostelería menor mixta (se trata tan solo de permitir el uso de una plancha
eléctrica de potencia inferior a 3Kw). El funcionario que nos “atiende” se
siente claramente incómodo al comprobar que me acompaña para asesorarme un
ingeniero técnico industrial, en principio, dice desconocer el expediente para
de forma casi inmediata y con intención de dar pronto carpetazo al asunto,
realizar una afirmación tremendamente surrealista, “no se puede conceder la licencia,
pues ese tipo de plancha no precisa salida de humos y usted tiene instalada
una”, la respuesta inmediata de mi asesor fue “se condena la salida y problema
resuelto”, ante la impotencia del funcionario para desmontar los argumentos no
solo lógicos si no también legales, este procedió a ir a buscar a su superior.
Me pareció divertido y significativo que al aparecer por la puerta acompañado
del jefecillo, nos solicitó que pasáramos a hablar en castellano en vez de
catalán para facilitar la comprensión de su molesto superior, este,
visiblemente molesto, se mantuvo en la negativa y derivó la conversación al
terreno que le interesaba, echándome en cara que ya había cedido en la
concesión de la licencia de terraza dándome a entender que casi le debía un favor,
al contestarle que no sabía que le debía un favor pues pensaba que pagando mi
impuesto de terraza al ayuntamiento ya cumplía con la deuda, le di a entender
que le estaba muy agradecido, lejos de calmarse se rebotó dándome a entender
que de seguir así ya veríamos que pasaba con la licencia de este año, ante esta
desairada reacción, pensamos que lo mejor era levantarse y hacer mutis por el
foro, no obstante, antes de salir el molesto jefecillo se despidió con una de
esas frases tan ambiguas a las que por lo que se ve están tan acostumbrados a
lazar en este departamento “darme algo para que pueda estudiar la concesión de
la licencia”. Y efectivamente, haciéndole caso le dimos algo.
09/12/2014
Atendiendo la solicitud del “eficiente” funcionario, procedimos a darle “algo”.
La presentación de un nuevo proyecto valorado en bastante más de mil Euros, que
se registra con fecha 11/12/2014 para
que se pusiera a trabajar y de este modo se gane la vida con el sueldo que le
pagamos entre todos. Como es lógico en unos meses se me concede la licencia,
23/01/2015
tercera inspección, se les informa de todo el proceso de adecuación de licencia
que está en proceso, cosa que como es habitual niegan conocer —parece que la coordinación y comunicación no es el fuerte de la
administración— se muestra que la freidora
doble está parcialmente desmontada e insto al inspector nº 25028 a que realice
una fotografía de la misma para que conste en el informe, a lo cual hace caso
omiso. Ante la reiteración de inspecciones, me curo en salud y realizo yo mismo
la fotografía de forma inmediata.
02/02/2015
llega una multa coercitiva de 300 €, supuestamente por la presencia de la
freidora.
06/03/2015
recibo una cuarta inspección, en la que los habituales funcionarios, en esta
ocasión sin previa identificación y alarmando a los parroquianos, comienzan a
hacer un exhaustivo reportaje fotográfico de la terraza, el nº25028 entra
precipitadamente y con obsesión para obtener una captura de la freidora y su
acompañante invadiendo de forma mal educada una mesa ocupada. Esto provoca una
reacción airada de la parroquia, que les exigen explicaciones y educación.
Hastiado de tanta persecución, me niego a firmar el acta y les insto a que
abandonen el local.
13/03/2015
Visita de la Guardia urbana que me hace entrega de dos informes de denuncia por
amenazas de la ínclita inspectora contra mi ¡¿hija Luna?! Y contra mí.
17/03/2015
Visto el grave e incomprensible desarrollo de los acontecimientos, encargo a mi
gestor que presente un recurso de alzada. ¡Al fin!, se presenta una empresa
autorizada por la agencia de residuos para proceder, de forma legal, a la
retirada de aceites y la polémica freidora.
23/03/2015
Quinta inspección por parte del ayuntamiento de Barcelona, en esta ocasión es
la agencia de salud pública, me deja un pliego de deberes por el que considero
que va a ser más práctico darme de alta en el Gemio de Restauradores para que
me echen una mano.
08/04/2015
llamada del ayuntamiento, notificando que aceptan el recurso de alzada y que,
como no, procederán a realizar otra inspección para comprobar que efectivamente
está retirada la freidora y en consecuencia se retiraría la multa.
07/04/2015
Recibimos mi hija y yo citación para asistir a juicio el 08/07/2015 por una
falta de amenazas.
13/04/2015
Recibo notificación para que pague la multa con fecha límite 20/05/2015. Otra
vez la descoordinación.
18/05/2015
Ante la falta de comprobación mediante inspección, para confirmar la retirada
de la freidora y en consecuencia la suspensión de la multa cuyo plazo de pago
está pronto a expirar, llamo al ayuntamiento, donde como siempre y no sin
titubeos se me informa que no proceda a la liquidación, pues el expediente está
pendiente de resolución.
01/07/2015
LA JUSTICIA. Ante la falta de noticias del juzgado de instrucción nº 29 con
respecto al juicio de faltas que se celebrará el 08/07/2015 contra nosotros,
decidimos acercarnos al mismo para que por lo menos nos informen de que se nos
acusa y si podemos disponer de abogado. La respuesta es clara y contundente,
tiene derecho a un abogado, pero se tiene que gastar la pasta, nos facilitan la
declaración de la funcionaria Judith y al comprobar toda la sarta de mentiras
que vierte en ella nos ponemos manos a la obra. Consultamos con el abogado de
la gestoría y nos comenta que su asistencia a juicio tiene un coste de unos
400€ + iva, si a esto añadimos toda una mañana sin poder levantar la persiana
de “La Parroquia”, sale la torta por un pan. Decidí prescindir del abogado, a
pesar de la seguridad que tenía de que la parte denunciante asistiría con un
abogado del ayuntamiento que para colmo, pago en parte con mis impuestos. A mí
me coartan el abogado y a ellos se lo pago yo. Sin haberse celebrado el juicio,
la acosadora, perdón, acusadora, ya había conseguido perjudicarme.
08/07/2015
EL JUICIO. Aunque hay alguno que me odia, tengo la suerte de que hay mucha más
gente que me aprecia, ese es mi principal activo. Los que piensan solo en el
dinero no entienden nada. Será ese el motivo de la cara de palo que se le quedó
a la funcionaria Judith cuando comprobó que a juicio participaría un testigo
que desmontaría todas sus mentiras, o lo que es lo mismo, que diría la verdad.
El
juicio comenzó con mal pie, si me sintiera amenazado siendo funcionario, llamo
inmediatamente a unos agentes de la autoridad para que constaten los hechos y
en consecuencia pongo una denuncia inmediata. Ya no me chupo el dedo, intuyo
que la demora en el trámite de la denuncia pudo ser para que esta “callera” en
un juzgado ducho en tratar estos temas de inspectores temerosos. Al entrar a
juicio y aportar mi declaración escrita debidamente documentada y además hacer
hincapié ante el juez de mi desacuerdo en la desigualdad de trato en cuanto a
la asistencia de abogado, tuve la percepción de que su señoría se molestó no sé
si por mis inexactitudes dada mi
ignorancia judicial, o por mi sinceridad, puede que fuera por un compendio de
todo ello. El juicio terminó con una actitud mucho más distendida y no por que
saliera “absuelto”, si se puede considerar una absolución el perder una mañana
de trabajo y tener que tragar con la incertidumbre de entrar como acusado y
poder salir como reo por si la palabra de una mentirosa, funcionaria pero
mentirosa, vale más que la mía. Mi hija Luna, infinitamente más inocente que
yo, salió con una solicitud de condena por parte de “mí” abogada de 120€. El
juez le dio un golpe de toga al frenar a Luna en su alegato final, pues su
juventud combinada con su indignación la estaba llevando a un demarre de
consecuencias imprevisibles, así que todo está visto para sentencia. Sentencia que
espero con avidez, por ver la argumentación de la justicia primero sobre mi
absolución y después sobre la resolución con respecto a mi hija. No me gusta
esta justicia que pase lo que pase te perjudica, tengo la suerte de creer en la
justicia Divina. Judith, yo te perdono porque imagino que no sabes lo que haces
y creo que deberías corregirte, sobre todo por tu bien y después por el del prójimo.
Por mi
parte, solo toca seguir luchando, sobre todo porque no hay más cojones.