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martes, 23 de febrero de 2016

MAGRAS CON TOMATE CMG


Aprovecho el blog que me incitaron  a abrir unas buenas compañeras hace ya más de tres años, para ofrecer mi sección de recetas culinarias a todos aquellos parroquianos que estén interesados en mis locuras.
Estamos en plena vorágine dela feria del móvil en Barcelona, hablan ya del 5G, de que Zuckerberg (fundador de faceboock) es un magnífico gourmet, bueno, pues desde su canal informaré de algo que no es virtual, que no es 3, 4 o 5G, es simplemente CMG (Con Mucho Gusto). Mi inolvidable Stephen, comentaba, “cuando le digo a alguien que tengo mi taller en el Congrés, nadie sabe ubicarlo, es triste, pero pienso que quizás sea mejor así”. Zuckenberg no vendrá nunca a “La Parroquia” a comerse unas magras con tomate, pero le brindo desde su canal la posibilidad de que se ponga manos a la obra y se las coma en su casa CMG.

Para las magras con tomate necesitaremos:
-  Unas lonchas un poco gruesas de jamón curado magro
 
-  Unos dientes de ajo
- Tomate natural o frito si tienes prisa (mala consejera)
-  Un trago de vino tinto
-  Un huevo per cápita.
-  Aceite de oliva.
-  Sal y azúcar.
Ponemos el aceite a calentar, golpeamos los dientes de ajo para rajarlos y los introducimos en el aceite para que doren y a la vez perfumen el áureo elemento, seguidamente  añadiremos el tomate sin piel y limpio de semillas para reducirlo (en su defecto podemos hacer este paso con tomate frito, con lo que ahorraremos tiempo y perderemos encanto), el tomate se sofríe con una pizca de sal y azúcar a partes iguales, una vez lo tengamos espesado le añadiremos un tiento de vino tinto con el fuego fuerte para eliminar el alcohol (para compensar esta acción, podemos tomarnos un trago del mismo vino mientras el fuego lo evapora de la salsa), seguidamente cascamos sobre la salsa el o los huevos y los rompemos bajando el fuego y removiendo con energía, antes de que cuajen sumergimos en la sabrosa emulsión las lonchas de jamón y apagamos el fuego dejando que el calor residual amorose las partes de guarro.
A servir  y a disfrutar. No incurrir en errores de bulto, el jamón debe ser sencillo y digno, magro, en mi caso es un bodega turolense de Mora de Rubielos, si ponéis un excelso jamón de bellota, joderéis el jamón y quedaréis como unos pobres nuevos ricos estropeando un plato que es tan rústico como noble. El vino, lo mismo, nada de reservas y nada de vinagres, el mío, un Campo de Borja, Borsao barrica 2013, empezó en el guiso y se remató en la mesa.
Que aproveche y con Dios.

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