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lunes, 29 de febrero de 2016

SOY UN BORDE MAGISTRAL


Con el devenir de los años, veo pasar ante mí gentes que intentan de modo intencionado o no (tristemente) ser más bordes que yo. Aún no he hallado ser que consiga superarme en tan ardua lid, pese a que son multitud quienes intentan sin éxito aproximarse a mi alto nivel de bordería, incluso algunos, molestos por mi eminente  indiferencia para con ellos, tratan de hacerse notar mostrando enfáticamente su nefasta educación, provocando de este modo una enorme  hilaridad en mi estado anímico, que no sé por qué, irrita tanto a esos necios personajes.
Para ser un gran borde no es intrínseco ser idiota, ambas cosas lejos de complementarse se contraponen y curiosamente el idiota se siente herido por el borde e intenta, sin ninguna posibilidad de éxito, imitarle. El borde requiere unas bases mínimas de preparación, pedantería, control escénico y esa alta insuficiencia intelectual que distingue al sexo masculino y permite sin discusión el claro dominio de la mujer sobre el hombre. Una mujer lo tiene muy difícil para ser borde, su innata tendencia hacia la histeria es una traba prácticamente insuperable, algo parecido ocurre con los respetables homosexuales, que al intentar ser mujeres sin conseguirlo, por razones obvias, sustituyen en su parodia el histerismo por histrionismo con lo que le dan a la situación una patética comicidad, de alta teatralidad pero sin ningún tipo del control escénico antes mencionado.
Es curioso que los bordes, lejos de ser ignorados, seamos tan molestos como tenidos en cuenta. Sin quererlo, sufrimos la relevancia que nos da esa gran pandemia social que es la envidia, pues en realidad, la crítica y el rechazo no es más que la impotencia de asemejarse a ese personaje que te tiene atrapado hasta tal punto que no puedes dejar de pensar aquello  de “¡Dios mío, pero como se puede llegar a ser tan borde!”. Es un reproche o es un deseo, pues eso, cultívate, abónate, crécete y puede que algún día consigas llegar a ser un borde magistral.
(Dedicado al inigualable Cristiano Ronaldo).

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