Mañana
comienzan los actos públicos de Semana Santa con las procesiones y la bendición
de la palma, es un acto religioso del que se aprovechan los comerciantes, la
venta de palmas con sus respectivos abalorios que compran abuelas, madres y
madrinas, la ropa de estreno para la celebración que como bien describe el
dicho “quien no estrena en Domingo de Ramos, se le caen las manos”, es un
impulso comercial que dada la actual situación parece muy cogido con pinzas,
veremos más ramas de laurel que después se aprovecharán para aromatizar buenos
guisos y muchos calcetines nuevos lucirán en los pies para que no se caigan las
manos, el Papa Paco estará feliz de que el templo no se llene de mercaderes.
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| Paso de la borriquita, Baena. |
El
Domingo de Ramos nos ilustra el temor del poder mediocre al descubrimiento de
las masas de que es posible ser dichoso dentro de la bondad y la humildad, erróneamente
o puede que deliberadamente, convertimos la reflexión en gozo y este fallo se
transforma en un mal menor que convierte la celebración en una gran fiesta para
los niños. Recuerdo la Semana Santa que hace unos años viví en Baena, en esta
población cordobesa se conmemora a lo grande, la procesión de “la borriquita”
la componían riadas de niños ataviados con túnicas y uniformes de las distintas
y numerosas cofradías, dando esperanza de que el mundo y la tradición tienen la
continuidad aseguradas, puede que el mal no sea tan menor, la felicidad de los
niños es obligatoria. ¡Celebremos pues el Domingo de Ramos!
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