Ayer tras
veintiún años de espera, comí un plato cocinado por mi hija, como soy previsor
antes de comer realicé un aperitivo de lata compuesto por berberechos,
mejillones, navajuelas, machas, bonito, olivas gordal en mojo y alguna piparra,
con este ligero colchón ya dejé mi organismo preparado para cualquier tipo de
experiencia culinaria joven y novel.
Lo
mejor fue sentarse en la mesa para que te sirvan, lo peor escuchar los reniegos
que emitía la cocinera desde la cocina sin poder curiosear dada su terminante
prohibición de meter mis narices en su invento. El resultado fueron unos
sencillos pero originales espaguetis con Frankfurt aderezados con una salsa de
cebolla tomate y bacón, con una curiosa presentación ya que los trozos de salchicha
estaban asaetadas por los bastoncitos de pasta dándole de este modo un toque
gracioso al plato.
La
receta es bien sencilla, cortar las salchichas en cinco o seis trozos y
ensartar varios espaguetis en cada trozo, poner a hervir junto con el resto de
la pasta, cuando esté al dente escurrir y por último mezclar con la salsa que
os apetezca, servir acompañado de queso rayado. Que aproveche.
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