Una de las muchas descripciones del genial FORGES |
Hay
oficios, como el de funcionario o comercial, que se relacionan inmediatamente
con “vivir de puta madre”, yo fui comercial y sufrí esa percepción. Tengo que
reconocer que pasé por momentos plácidos, pero cuando menguaron mis ventas de
forma irremediable, pese a doblar esfuerzos y recibir absurdas e inútiles
presiones, tuve que aguantar, primero el calvario de ver como mis mejores
colaboradores iban perdiendo sus puestos de trabajo, para finalmente pasar personalmente
por ese liberador trance. Ahora me toca lidiar con la cara más fea del
funcionariado, la burócrata, para intentar que me dejen "emprender", da la
impresión que estos trabajadores están concebidos para complicarnos la vida en
vez de para facilitárnosla, en la mayoría de ocasiones sería más eficiente poner
directamente en la puerta del edificio público correspondiente un tablón de
anuncios de gestorías, con un aviso que diga:
“ya
perdió su dinero, ahora no pierda su tiempo y pague a un gestor para que se
pelee con nosotros”
Hay magníficos
funcionarios en campos más delicados, como por ejemplo la sanidad, puede que
sea porque aquí su ineficacia es más improductiva que productiva, entiendo que
el funcionario se tiene que sentir menospreciado y ninguneado debido a los múltiples
recortes, que no son solo salariales, pero el modo de reivindicar su trabajo es
favoreciendo al contribuyente. Claro que el ejemplo más cercano, el de sus
superiores, no ayuda precisamente a esa reflexión, por lo que la tendencia va a
estar dirigida a buscar sobresueldos ilícitos a cualquier escala.
Todo
invita a tirar la conciencia en lugar de tirar de conciencia, desgraciadamente
queda mucho por destruir, puede que cuando ya no quede nada podamos volver a
vivir de un modo más esperanzador, pero no, los malvados jamás se extinguen,
tendré que tirar un poquito de conciencia.
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