Si nuestra
Pantoja tiene su receta de pollo, la Merkel,
otra gran experta en economía no va a
ser menos, también de pollo va el guiso y como no puede ser de otra manera con
productos alemanes, siempre barriendo y va riendo para casa, la fórmula es
sencilla y austera, pero sin ser algo excepcional, los alemanes en gastronomía
no engañan, simplemente defraudan, posiblemente porque prefieran mostrar esa
evidencia en el yantar y no en cuestiones más rentables, se deja comer y siempre es
mejor comer que no tragar como nos tiene acostumbrados la teutona Angela.
Para un
mano a mano:
-
4 o 6 muslos de pollo
-
Una cebolla grande
-
½ litro de cerveza (con cuerpo, no liviana)
-
Harina
-
Sal y pimienta
-
Aceite de oliva
Cortamos
la cebolla en juliana, si pensamos en la testa de Angela esta labor se agiliza,
enharinamos los muslos y los freímos ligeramente en una cazuela que contenga un
buen chorro de aceite de oliva, en cuanto estén doraditos retirar y reservar,
es el momento de pochar en el mismo aceite la cebolla, en cuanto empiece a
transparentar, esparcir en el fondo de la cazuela a modo de cama y depositar
encima los muslos de pollo, regar con la cerveza hasta cubrirlos y poner a
fuego rápido hasta que comience el hervor, ahora bajaremos el fuego
tapamos la cazuela y que haga “chup, chup”, la Merkel en su obsesión dice “chupa, chupa”, en cuanto
el pollo esté tierno retirar del fuego y dejar reposar un poco antes de servir,
podéis acompañar con patatas o gajos de manzana fritas, o con un bol de
ensalada, con algo baratito no sea que Angela se enfade.
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