En pleno
proceso de “boludeces” nacionalistas, que diría un argentino, recojo un
interesante enlace “Islam
y nacionalismo en Catalunya”, que aunque tenga unos años conserva una total actualidad, Abdennur Prado deja caer, de forma sutil, que
la historia ofrece un mayor fundamento en la reclamación de territorio,
administración y cultura de la parcela catalana para los musulmanes que para
los actuales separatistas catalanes. Me imagino un futuro con las pubillas catalanas cubiertas de pies a
cabeza, sin poder lucir palmito para poder cazar a lustrosos hereus, poseedores de rebosantes
alforjas, que muestran el fruto de los fastuosos negocios realizados desde la
impunidad por sus avispados progenitores; claro que el señor Pardo no dice que
esto vaya a pasar y tiende una mano amable y colaboradora con el proyecto
catalán, pero temo que los catalanes separatistas desconfían tanto del señor
Pardo como la “mayoría silenciosa” de ambas tropas.
No todo
van a ser flors i violes, cuando se
cuentan mentiras, disfrazadas de medias verdades, finalmente se topan con la
horma de su zapato, o algo peor. Las antiguas ínfulas de la reclamación dels Països
Catalans, están ahora reducidas a la región Catalana, desechando por fin,
el reino de Valencia, las islas Baleares, territorio Francés y otros imposibles
que convertían tal reclamación en un hazmerreír de enormes dimensiones. No nos
engañemos, el problema no es de identidad, es económico, la cultura catalana
solo puede perecer desde su propia intolerancia, una intolerancia que aboque a
una restricción de la cultura general y acote a sus más acérrimos acólitos hasta
llegar a ensimismarse, la cultura se expone no se impone, quien quiera beneficiarse
de ella ya la cogerá.
Las exigencias
cogidas con pinzas, pueden encontrar la zarpa de un zorro que las arranque de
golpe, ¡cuidado! Pues donde las dan las toman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario