Hoy en
todos los medios de comunicación se siguen lamiendo las heridas por la “derrota”
de la candidatura olímpica de Madrid 2.020,
coincido que cuando optas a cualquier cosa es para llevárselo y si se lo lleva
otro te quedas jodido. En esta ocasión Tokio y el COI decidieron llegar a un
acuerdo que podríamos denominar COI-To.
Ahora,
tras sentirnos despreciados, se ponen sobre la mesa las evidencias,
corruptelas, cambio de interpretación de la palabra “valor” olímpico y demás
tejemanejes que hubieran pasado desapercibidos en el caso de habernos llevado
el gato al agua. El pataleo es inútil, solo sirve para esconder lo bueno, como
por ejemplo el amplio apoyo de catalanes a una candidatura de Madrid, Samaranch,
Gasol y Mireia Belmonte dieron la cara sin reservas por Madrid. Si nos ceñimos a
que en una Olimpiada, el deporte, debería ser el gran protagonista, la mejor
forma de ganar en Rio de Janeiro o en Tokio, es seguir demostrando que nuestros
deportistas están en primera línea, dejemos que ellos hagan negocio y llevémonos
nosotros la gloria, al fin y al cabo este es el espíritu quijotesco español y
no hay quien lo cambie.
A
Madrid no le hace falta una Olimpiada para ser Madrid, hay quien disfruta de su
café con leche, yo soy más de cocido. Desde la perspectiva de Barcelona’92,
donde nos cambiaron la ciudad, una ciudad que seguimos pagando veinte años después
y que se ha convertido en una de las más caras de España, preciosa, es innegable,
¡pero a qué precio!, puedo afirmar que le han hecho un gran favor a Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario