Surge una
noticia
a la que parece no convenir dar mucho pábulo, tal como está la institución monárquica
hoy en día es mejor no remover la mierda aunque ya esté seca.
Don
Antonio Tejero Molina conspiró y participó en el intento involucionista del 23
de febrero de 1981, su actuación como militar fue cumpliendo órdenes pero a su
vez como conspirador las cumplía con placer y convicción, cayó en la trampa y perdió
con honor ya que pudo organizar una masacre, este vodevil acabó con su carrera
militar y una grave condena. Me pregunto si es justo que este ciudadano español
presente una denuncia contra Artur Mas (don Antonio todo español tiene derecho
legal a llamarse como quiera) o no, pienso que nadie más adecuado que quien vivió
en primera persona las consecuencias de saltarse la ley para presentar una
demanda sobre quien pregona públicamente hacer otro tanto amenazando además con
un abuso de autoridad, lo vergonzoso es que tenga que ser un proscrito social
quien ejerza una acción tan coherente ya que los honorables electos están demasiado
ocupados en tapar sus vergüenzas mutuamente.
Concluyo
reaccionando contra esos “representantes del pueblo” como mi añorado Fernando Fernan Gómez
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