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Hace
cuatro años en USA la cosa se puso muy mala, los mangantes de siempre se
pasaron de codicia y pocos eran los dispuestos a comerse el marrón, su solución
fue como siempre tejer una cortina de humo y facilitar la presidencia de la
nación por primera y temo que única vez a un negrito, digo negrito porque no es
lo mismo un negro zumbón de la rural Georgia tipo Luther King, que el desteñido
Obama del exótico Hawái, a pesar de la cesión la estética es la estética. La cosa
como era de prever no ha mejorado por tanto los sapos le llueven al negro y los
verdaderos culpables, los impolutos blancos de cara dura, seguirán sin una
triste mancha que les salpique.
Vuelven
las elecciones y Obama tras cuatro duros años no parece el mismo, tiene el
cabello lleno de canas y ha empalidecido tanto que perece el Michael Jackson de
la política, su rival Mitt Romney un mormón con pinta de camionero sarasa de Detroit,
no parece una gran amenaza para conseguir la reelección pero según las
encuestas la cosa está igualada. Mitt proviene de la región de los grandes
lagos y parece que él tiene grandes lagunas, puede que a los carotas les
interese que ahora de la cara este monigote, mi opinión es que si hay
cambio la cosa se está arreglando y queda poco para que los de los dedos
largos puedan volver con sus sinvergonzonadas, de no ser así acabarán de quemar
a Obama y se llenarán de razón para seguir desconfiando de los negros, jugada
redonda.
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