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viernes, 19 de abril de 2013

CONSEJOS VENDO


El ministro Arias Cañete nos ilumina con sus prácticos consejos para el ahorro, primero nos animó a consumir yogurt caducado y ahora nos insta a tomar duchas de agua fría, como si no nos tiraran continuamente jarros y jarros de agua helada.
Todas estas amables sugerencias me hacen pensar que Miguelón tiene acciones en Ambipur, es muy probable que la ingesta de un yogurt pasadito de fecha, intensifique tanto el tránsito intestinal hasta el punto de provocar gases o incontinencias líquidas acompañadas de aromas poco agradables, si a esto le añadimos el tema de la ducha que si es por ahorrar, que mejor que no ducharse, dejamos de consumir energía y agua, añadiendo al olor del ojete incontinente los efluvios del sobaquillo y los pies sudados, todo un canto al fin de las relaciones personales y de paso elimina grandes concentraciones humanas para manifestarse, este tío es un crack.
De todos modos el tema de la ducha de agua fría no lo encuentro tan criticable, esto del agua calentita es un lujo asiático de reciente implantación en nuestro país, cuando en mis años mozos practicaba múltiples deportes, no era frecuente encontrar vestuarios con duchas y si disponían de tal comodidad lo del agua caliente era impensable, se entendía que un deportista era un machote que no se amedrentaba con el agua que caía helada durante las competiciones en invierno. En casa, sobre todo en los pueblos, recuerdo que el agua para el baño general, que acostumbraba a ser los sábados, se calentaba a la lumbre en grandes ollas para con un cazo ir mojándose dentro de un barreño de hojalata, el agua para tal menester se transportaba a casa en garrafas desde la fuente pública, actualmente escasean las fuentes públicas, mi consejo es volver a utilizarlas.
Apestar, parece que es algo que no tiene que preocuparnos, cada vez son menos frecuentes las relaciones personales y por teléfono, internet, “wasap”­ – yo le llamo guasa-, “skype” y otras zarandajas que nos privan de conversar  tomando unos vinos como Dios manda, aun no se huele, pero prefiero sufrir el olorcillo de una axila descuidada durante un abrazo que una insulsa conversación mediante tecnología punta, llamadme antiguo pero no olvidéis que el olfato es uno de los principales sentidos que nos inducen a la preciada cópula, así que duchita y buenos alimentos que con las cosas de comer no se juega.

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