Ayer
estuve siguiendo las semifinales de la Copa Catalunya de futbol, organizada
contra viento y marea por la Federació Catalana de Futbol, esperaba un seguimiento
masivo de este torneo, que tristemente se está desprestigiando, precisamente en
un momento donde la reivindicación de identidad propia del territorio catalán
está a flor de piel, es curioso que esta competición esté mejor considerada por
un club que siendo catalán, también es Real y Español, que por el F.C.
Barcelona, actual buque insignia del futbol mundial que envía a competir a su
equipo de segunda división, la ventaja de ser más que un club.
Está
claro que la organización es bastante penosa, pero esperaba una grada
abarrotada y reivindicativa, no los cuatro gatos aburridos, desperdigados por una grada despoblada que no pudo acallar a los
salvajes cachorros españolistas, por un lado es mejor que no se vuelva a
mezclar deporte con política, pero por otro se demuestra que quienes se llenan
tanto la boca con Cataluña son inútiles a la hora de apoyar lo que tenemos,
aunque no sea tan vistoso como un campeonato europeo o nacional, o bien porque
moleste que una competición catalana la pueda ganar el R.C.D. Español. Es bueno
que empiecen a caer las máscaras y se vea abiertamente que este proceso va más
contra lo español que a favor de lo catalán y esto es vergonzoso, tan
vergonzoso que rezo para que dentro de un mes no se vea en Londres un
bochornoso espectáculo de dos turbas vandálicas haciendo el energúmeno durante
una posible final española del torneo europeo de fútbol.
Hay que
defender con fervor nuestras raíces y para ello no es necesario enfrentarse,
los enfrentamientos siempre son cortinas de humo, útiles tan solo, para quienes
tienen que esconder las vergüenzas.
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