Es tiempo
de campañas para fomentar la generosidad, cada año por estas fechas toca
remover conciencias, lavar imagen, tranquilizar remordimientos, simular
escrúpulos y hasta el año que viene.
Los
desfavorecidos pasan penalidades a diario, pero solo cuentan la última quincena
de diciembre, muchos pasan penurias por méritos propios, tampoco nos llevemos a
engaño. Una mediación digna y continuada paliaría el sufrimiento de algunos que
bien podrían iniciar una cadena de recuperación, pero esto no sería tan lucido
ni efectista, no aliviaría tanto ni tan rápidamente al misericordioso, le
resultaría mucho más costoso quizá no económicamente, o sí, pero sí moralmente.
Hablando de moral ¡qué bien quedan las grandes compañías! muchas ofrecen un
porcentaje de las ventas realizadas en
fechas tan señaladas para fines humanitarios, maquillando de este modo una
campaña para incentivar el consumo de sus productos y el aumento a fin de año
de su cuenta de resultados, hablando en plata de sus beneficios, lo digo bajito
no sea que se molesten y otro año se lo queden todo para repartir entre sus ávidos
accionistas, ¡gracias generosos!
Bienvenidas
las dádivas y hasta el año que viene.
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