Pintura de http://denispintor.blogspot.com.es/ |
El
mundo es muy grande y goza de múltiples estatus sociales, unos que consideramos
avanzados y otros primitivos o poco evolucionados, mi percepción es que estos
últimos tienden a disfrutar de la felicidad en mayor medida que las sociedades
que definimos como primer mundo, cuando la correcta definición debería ser mundo
postrero, ya que el progreso y crecimiento social ha iniciado un proceso de
mutación del medio que no pinta nada bien. Me estoy dispersando, por lo que me
centraré en la sociedad con la que convivo, la del mundo postrero.
Tras el
primer golpe recibido en el paritorio, se nos mima durante unos años y cuando
ya te estas acostumbrando de nuevo al confort, vuelta a la realidad, comienza
tu formación te introducen en un grupo de semejantes y de un modo entre ambiguo
y preciso te obligan a competir y sin preguntarte para que, comienzas la
competición. Con el paso de los años es posible que llegues a alcanzar una
serie de objetivos que en su mayoría ni siquiera te has planteado para que te
sirven ni que te aportan, me refiero a tener mejor coche que, mejor casa que, más
operaciones estéticas para ser más resultón que, una o varias queridas más
jóvenes que; cuando parece que ya lo tienes todo suelen ocurrir dos cosas te
entra la desazón por temor a perderlo todo, o continuas insaciable a querer
tener más que. Y a todo esto ¿Dónde está la felicidad perdida de aquel bebé, de
aquel feto? La tendrá algún Tucano o Yagua amazónico pescando, cazando, fumando
pipas de la risa y disfrutando de que aún ningún postrero le ha venido a tocar
los cojones, querer más es tener menos pero todos queremos más.
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