Hoy
tengo la mente en blanco, no es que no tenga opinión, simplemente no tengo
ganas de opinar, no es desmotivación, ni crisis existencial, pienso que se
trata de un empacho, un empacho del mono tema, la corrupción, seguro que quien
mandó ponerlo en marcha estaba igual que estoy yo ahora, vacío de creatividad,
además esto no durará mucho por eso seguirá sucediendo siempre, es gravísimo,
en realidad no tanto lo más grave es que se apague el fuego con el y tú más, al
final todo quedará en el olvido y pobre de aquel que no haga por olvidar, el
seguimiento es consecuencia de trabajo y constancia y eso, sobre todo para
algunos, está muy mal visto. Ya viene de antaño, que le pregunten a Quevedo
cuando tan bien escribía aquello de “El cadáver no se queja de los gusanos que
le comen, porque él los cría; cada uno mira que no se corrompa, porque será
padre de sus gusanos”, por su persistencia dio con los huesos en la cárcel, ¿quién
recuerda a los hermanos Guerra? y tantos y tantos otros que faltando más que
Quevedo han pisado menos trena, podemos decir, ¡es la vida!, pero no es la vida
es la realidad.
En fin,
sigo en blanco probaré de enchufarme el cargador del móvil en el culo para ver
si me recargo un poco, agradezco a don Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez
Cevallos su genialidad, que hoy viviendo un momento intelectual yermo me ha
permitido al mentar parte de su obra dar brillo a un escrito tan gris.
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