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viernes, 5 de julio de 2013

CONTAR O CONTAR


No sabemos si las entidades financieras lo van a contar, al paso que van es posible que no lo cuenten,  irónicamente por su incompetencia con las cuentas, cuando toca estudiar, tras un periodo básico finalmente se decide entre ciencias o letras, en ciencias imperan los números, las cuentas, en letras te ilustras sobre el arte de la comunicación, los cuentos, lo ideal es tener nociones en ambas ramas, lo normal, por desgracia, es no tener ni idea de ninguna de las dos.
En el sector financiero surge la figura del listo, no confundir con inteligente, que ante la dificultad con las cuentas decide seguir captando clientes con los cuentos, los cuentos son vehículos ideales para entretener niños, nada rentables al no disponer de capital, o embaucar incautos que pareciendo inicialmente rentables — al final todo cuento termina con un colorín colorado color prohibido para las cuentas— ha resultado ser un negocio funesto. Errar en tu especialidad por codicia e incompetencia y tratar de arreglarlo con artes que no dominas es algo aventurado y fehacientemente ineficaz, el resultado es la desconfianza general sobre las entidades que pretenden custodiar nuestro dinero ahora a cambio de nada, antes a cambio de algo que ha resultado ser menos que nada.
Las opciones para combatir este desatino no son universales, cada cual es cada cual, al pesimista le aconsejo que si tiene algo de dinero lo disfrute, las vivencias no pagan impuestos y el recuerdo es imposible de arrebatar, contando con la ventaja de poder adaptarlo según convenga con ligeras dosis de imaginación; al optimista lo animo a desvincularse rápidamente de su banco o caja de ahorros, utilizándolos tan solo para lo imprescindible y exigiéndoles todo lo exigible ya que su dinero es nuestro dinero,  de invertir la mayor parte del capital en un proyecto que le ilusione,  que deseche la ambición, será bueno escuchar primero el legado de Facundo Cabral si lo entiendes es el momento de comenzar el proyecto y si fracasa, con el pequeño triunfo de haberlo intentado pasar a convivir con el gran batallón de estafados donde ya estará el pesimista arruinado pero lleno de vivencias y los optimistas también arruinados pero llenos de ideas, puede que entonces entre todos saquemos fuerzas para despertar a los que están rendidos, afrontar a los timadores y recuperar lo robado, la ilusión y la dignidad.
Siempre repito lo mismo, todo está en nuestras manos, incluso la tabla del nueve.

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