Ayer
pasé un día de ocio completo, para celebrar el 21 cumpleaños del pequeño de la
casa, nos dirigimos los cuatro humanoides que componemos la unidad familiar
hacia el restaurante Can Ferran,
es un lugar agradable, de fácil acceso y una equilibrada relación calidad/precio,
comida típica de masía catalana donde las materias primas son las verdaderas
protagonistas, el éxito de la cocina siempre está en trabajar sobre un buen
producto, los diferentes comedores son amplios y bien distribuidos y el
servicio es justamente atento sin llegar a lo empalagoso, algo que es de
agradecer, el lugar es ahora mucho más conocido gracias a las comilonas que
organizan en el los futbolistas de Barça, estos chicos saben cuidarse.
Tras una
agradecida siesta y tras fracasar después de varios intentos en encontrar
acompañante para escuchar el concierto de piano con que nos regala el
ayuntamiento de Barcelona dentro del programa de “Música als Parcs”, me dirigí
hacia el espacio del acueducto del vecinal Parque central de Nou Barris para
disfrutar con la interpretación de la joven Marta Muñoz, esta se encontró con
unas 200 personas de público variopinto al que consiguió retener durante algo
más de una hora con unos temas nada populares y un piano de cola de acústica limitada,
¡bravo Marta!, estos eventos son para valientes ya que en el auditorio hay de
todo, desde el que necesita demostrar que es un experto melómano siseando de
forma impertinente el precipitado y entusiasta aplauso de algunos neófitos que
decidieron expresarse durante la breve pausa que se produjo entre los
movimientos de la primera obra— la protagonista, Marta, contestó de forma
impecable alzando la cabeza con una tierna y encantadora sonrisa y prosiguiendo
con su magnífica interpretación en cuanto finalizo la espontanea ovación— hasta
algo que sí encontré reprobable y es el hecho de que algunos oyentes se
pusieran a cenar tan ricamente durante el concierto, cosa impensable dentro del
Palau de la música, el Auditorio o el gran Teatro del Liceo, el hecho de que el
concierto se celebre en un parque público no significa que se falte al respeto
al artista, artista que por otro lado ha dedicado un gran esfuerzo y largos
años de estudio con el fin de deleitarnos, a escasos cien metros tenían esos
ansiosos glotones una zona habilitada para picnic, en fin, anécdotas cada vez
más habituales pero a las que no consigo habituarme, mañana toca Jazz, ¿alguien
se anima?
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