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viernes, 26 de julio de 2013

YO TAMBIEN TUVE UN PASTOR ALEMAN


Si por cada vez que he escuchado esta frase me dieran un euro, sería tan rico como Bárcenas, la situación siempre es la misma, se repite en cualquier lugar con españoles y extranjeros, paseamos tranquilamente con nuestra perra o nos sentamos en una terraza a tomar algo, primero surge una pregunta ¿es un pastor alemán?, ante la respuesta afirmativa  inmediatamente o tras una breve conversación surge la frase habitual, yo también tuve un pastor alemán.

India viendo la tele

Es evidente que en la mayoría de los casos la afirmación es falsa, si has tenido un pastor alemán es absurdo preguntar primero si el animal es de esa raza, si bien existe mucho mestizo un pastor alemán es inconfundible y más si has tenido uno, antes la gente hablaba de tener un perro lobo, la verdad es que “Rintintín” en mis tiempos y “Rex” en la actualidad han despertado el deseo de tener un perro así. ”India” es mi tercer pastor alemán, primero fue “Haya” después “Flama”, en medio estuvo “Jara” un mestizo de doberman que salvamos del sacrificio y criamos a biberón que compartió nuestras vidas durante más de diez años, la quisimos tanto como a un pastor alemán, pero si bien llamaba la atención de la gente, no disfrutaba de esa presencia especial que atrae de forma cansina a niños y mayores,  despertando su curiosidad y el irrefrenable deseo de acariciarlo y de desear tener uno igual, llevando curiosamente a vivir a todos la misma ilusión, “yo también tuve un pastor alemán”.
No son perros muy diferentes a otras razas, parto de la base de que todos los animales de compañía son buenos si las personas con quien comparten la vida son buenas, yo soy irregular y mis compañeros cuadrúpedos son igualmente irregulares, acostumbran a comportarse dignamente en público, se rebotan de vez en cuando y pasan momentos de locura entrándoles un irrefrenable deseo de correr y jugar hasta la extenuación, lo dicho, son mi puro reflejo, con la ventaja de que al convivir en familia puede adoptar las virtudes y defectos de cada miembro de la unidad familiar, no es paranoia, pero su comportamiento cambia según quien lleve la traílla, por eso tenemos correas destrozadas y otras impolutas.
En el barrio no somos los reyes, tengo que reconocer que hay un oriental que pasea modestamente, los orientales son especialistas en hacerse pasar por modestos, un espectacular akita inu, cada vez que lo veo despierta mi admiración pero ni le pregunto si es un akita inu ni le diré jamás que yo también tuve uno, porqué yo sí que he tenido y tengo un pastor alemán.

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