Es
habitual eliminar las verrugas por molestas y antiestéticas, el sistema más
frecuente para librarse de ellas es secándolas
con algún acido o mediante criogenia y la protuberancia se desprende por sí
misma, es una operación simple e indolora.
Gibraltar
es la verruga española, los españoles somos bastante descuidados con nuestras
verrugas, en vez de eliminarlas las alimentamos hasta que llega el momento en
que se hacen tan grandes que al final nos molestan y entonces desprenderse de
ellas no es tan simple; por ejemplo, si durante los brotes de peste en los años
1815 y 1854, que hicieron que los ingleses pidieran a España ocupar la “Zona
Neutral”, de posesión española, con el fin de aislar a los enfermos y que nunca
sería devuelta, si no hubiéramos sido como siempre tan solidarios y cándidos, hoy
en día sobre el istmo que forma dicha zona, no se levantaría la terminal del “Gibraltar International
Airport”(1938), así engordamos la verruga.
El
pérfido inglés siempre ha vivido gracias al latrocinio y la piratería, pioneros
en el robo de guante blanco, grandes amantes del teatro, arte que cuidan con
mimo para que siendo unos verdaderos truhanes puedan ser elogiados como gentlemans, si el teatro les falla,
recurren a la fuerza con descaro, los grandes piratas eran y son de origen inglés
o en su defecto hijos de la Gran Bretaña,
gran parte del botín siempre engorda las arcas de la corona ¿verdad Eli? Por
otro lado el tema de las verrugas tampoco les preocupa en demasía, la estética
no es su fuerte, si bien se les considera elegantes, es algo que encuentro claramente
debatible, imagino que se acogen a la elegancia por su evidente e innegable falta
de belleza, les delata su gran afición por el sadomasoquismo, les place más la
tortura que el acto sexual, dentro de la tortura incluyen su inexistente
paladar, palían su falta de goce gastronómico con frecuentes borracheras.
Así son
los ingleses, que no los llanitos, es por ello que si empezamos a restringir la
facilidad de que gozan los ciudadanos gibraltareños en disfrutar del próximo y
maravilloso territorio español, si los invitamos a que disfruten tan solo de su
privilegiado peñón, poniéndoles en el brete de vivir en la roca con los monos y
su graciosa majestad o en España con el jamón y todo su gracejo, si los
forzamos a escoger en vez de que sigan gozando del placer de compartir, seguro
que la verruga se secará rápidamente y dejará de preocuparnos cada vez que nos
miremos al espejo. Gibraltar español y si no, solo Gibraltar.
En el municipio toledano de Torrijos y otros muchos, lo tiene claro. |
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