No sé qué
quieren contar, no sé qué quieren que crea, sé que cuentan escusas que son las
menos convincentes de las mentiras, que niegan la evidencia, en el fondo todos hubiéramos
hecho lo mismo, en mayor o menor medida dependiendo del grado de conciencia,
quienes ahora fustigan en su momento fueron también fustigados y si por un
casual alguno se siente impoluto, de seguir en el mundo de la gestión y en cuanto
tenga oportunidad de ver pasar por sus narices insultantes cantidades de dinero
a buen seguro se sentirá tentado y acabará apropiándose de alguna propina que
adaptará en cuantía según sea su escrúpulo.
Nadie
está exento de caer en la corrupción, el meter la mano en la saca es como
empinar el codo, ves que los que beben empiezan por estar alegres y acaban por desinhibirse
por completo dejando sus problemas en manos de los demás, el alcohol acaba por
delatarte, la corrupción al final también, como un borracho trataras de negarlo
pero el resultado de ambas embriagueces es tan evidente que es imposible de ocultar,
el escarnio público les es indiferente, la gran diferencia es que del borracho algunos
se ríen y el chorizo se ríe de todos,
nadan en la abundancia y se saben impunes, la solución no es fácil, se irán
unos y vendrán otros, lo ideal es reducir oportunidades de hurto a menos
cargos, carguitos y carguetes, menor mangoneo, mayor control pues hay menos
elementos en los que desconfiar y aun sabiendo que sin duda chuparán del bote,
es lógico pensar que al ser menos en el reparto se saciarán antes.
Que se
ahorren las explicaciones, no es necesario que den la cara pues ya sé que si de
algo van sobrados es de cara, dura, pétrea, falsa, dentro de poco desaparecerán
y vivirán anónimamente, bien, muy bien, requetebién.
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